On February 4, 2024, in a context of grave deterioration of the rule of law, lack of judicial guarantees, and institutional weakness, Salvadoran citizens went to the polls to elect the president and vice president, as well as deputies to the Legislative Assembly. The Washington Office on Latin America (WOLA), the Center for Justice and International Law (CEJIL), the Latin America Working Group (LAWG), the Due Process of Law Foundation (DPLF), and Robert F. Kennedy Human Rights express their profound concern over the numerous reports of errors committed during the counting of votes and the irregularities that have arisen during the transmission of the official results.
Without the Supreme Electoral Tribunal (TSE, in Spanish) having communicated the official results, an exit poll conducted by CID Gallup was published. It was the only information citizens had access to during election night. Even without official results, candidate Nayib Bukele, who was registered despite a constitutional ban, declared himself the winner according to his campaign’s own data, and not official data.
The last update of the preliminary results on the TSE website reflects the processing of 70.25% of the ballots for the presidential election and 5.06% of the ballots for deputies of the Assembly. The TSE’s failure to present official results reflects a lack of transparency and raises serious doubts about the integrity of the electoral process and the credibility of the tribunal.
The Electoral Observation Mission of the Organization of American States (MOE/OEA, in Spanish) reported having received 42 complaints related to delays in the system for the transmission of results and in relation to electoral propaganda in the voting centers, among other irregularities. Likewise, national observation groups such as “Observa El Salvador 2024” reported that electoral propaganda activities were carried out in 55% of the polling stations, which is prohibited by the Electoral Code.
At the close of polls, observation missions reported a delayed start due to polling stations not having received the technical equipment required for vote transmission. This setback, coupled with technological failures, prolonged the counting process until late at night. As reported by the MOE/OEA, only 56% of the observed polling stations followed the established procedures for vote counting.
The Salvadoran authorities must comply impartially and without delay with the electoral regulations and international standards to guarantee political rights of Salvadoran citizens, especially regarding the security and public nature of the vote count, in order to guarantee the free expression of the will of the voters, as established in Article 23 of the American Convention on Human Rights.
It is crucial that the TSE act swiftly to address any irregularities, ensure the integrity of the electoral process, and provide accurate information to the public. Failure to comply further undermines confidence in the electoral system and the legitimacy of the election results.
Lastly, the undersigned organizations call on the Salvadoran authorities to guarantee freedom of expression, demonstration, and assembly of all dissident voices, especially those of the feminist and human rights movements.
DPLF: https://dplf.org/en/news/irregularities-salvadoran-electoral-process-cannot-be-ignored
Las irregularidades en el proceso electoral salvadoreño no pueden ser ignoradas
El 4 de febrero de 2024, en un contexto de grave deterioro del Estado de derecho, falta de garantías judiciales y debilidad institucional, los ciudadanos salvadoreños acudieron a las urnas para elegir al presidente y vicepresidente, así como a diputados de la Asamblea Legislativa. La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), el Grupo de Trabajo sobre América Latina (LAWG), la Fundación Debido Proceso (DPLF) y Robert F. Kennedy Human Rights expresan su profunda preocupación por los numerosos informes de errores cometidos durante el conteo de votos y las irregularidades surgidas durante la transmisión de los resultados oficiales.
Sin que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) haya comunicado los resultados oficiales, se publicó un sondeo de salida realizado por CID Gallup. Fue la única información a la que tuvieron acceso los ciudadanos durante la noche electoral. Aún sin resultados oficiales, el candidato Nayib Bukele, quien fue registrado a pesar de una prohibición constitucional, se declaró ganador según los datos de su propia campaña, y no los datos oficiales.
La última actualización de los resultados preliminares en el sitio web del TSE refleja el procesamiento del 70.25% de las papeletas para la elección presidencial y el 5.06% de las papeletas para los diputados de la Asamblea. La falta de presentación de resultados oficiales por parte del TSE refleja una falta de transparencia y genera serias dudas sobre la integridad del proceso electoral y la credibilidad del tribunal.
La Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (MOE/OEA) informó haber recibido 42 denuncias relacionadas con retrasos en el sistema de transmisión de resultados y con respecto a propaganda electoral en los centros de votación, entre otras irregularidades. Del mismo modo, grupos de observación nacionales como “Observa El Salvador 2024” reportaron que se llevaron a cabo actividades de propaganda electoral en el 55% de las mesas de votación, lo cual está prohibido por el Código Electoral.
Al cierre de las urnas, las misiones de observación informaron un inicio retrasado debido a que las mesas de votación no habían recibido el equipo técnico necesario para la transmisión de votos. Este contratiempo, sumado a fallos tecnológicos, prolongó el proceso de conteo hasta altas horas de la noche. Según informó la MOE/OEA, solo el 56% de las mesas de votación observadas siguieron los procedimientos establecidos para el conteo de votos.
Las autoridades salvadoreñas deben cumplir de manera imparcial y sin demora con las normas electorales e internacionales para garantizar los derechos políticos de los ciudadanos salvadoreños, especialmente en cuanto a la seguridad y publicidad del escrutinio, a fin de garantizar la libre expresión de la voluntad de los votantes, como lo establece el Artículo 23 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Es crucial que el TSE actúe con rapidez para abordar cualquier irregularidad, garantizar la integridad del proceso electoral y proporcionar información precisa al público. El incumplimiento de estas medidas socava aún más la confianza en el sistema electoral y la legitimidad de los resultados de las elecciones.
Por último, las organizaciones firmantes instan a las autoridades salvadoreñas a garantizar la libertad de expresión, manifestación y reunión de todas las voces disidentes, especialmente las de los movimientos feministas y de derechos humanos.
DPLF: https://dplf.org/en/news/irregularities-salvadoran-electoral-process-cannot-be-ignored