In brief:
- Kilmar Ábrego, a 29‑year‑old Salvadoran, was mistakenly deported in March 2025 despite court‑ordered protection in place since 2019. He was accused without evidence of being a gang member, although he has never been convicted of any crime.
- President Nayib Bukele falsely labeled Ábrego a terrorist and has refused to return him to the United States.
- U.S. authorities say the decision to send Ábrego back rests with El Salvador.
During an Oval Office meeting with U.S. President Donald Trump, Salvadoran President Nayib Bukele alleged that his compatriot Kilmar Ábrego is a “terrorist” and said he could not release him, even though U.S. courts have ordered that Ábrego be allowed to return to the United States.
Ábrego, 29, had lived in the United States since 2011 after fleeing Barrio 18 gang threats against his family in El Salvador.
Since 2019 he had court protection barring his return to El Salvador because he faced a “clear probability of future persecution,” according to U.S. legal filings.
Nevertheless, the Trump administration arrested him in Maryland after a traffic stop and, because of an administrative error, deported him to El Salvador, where Bukele’s government imprisoned him in the Centro de Confinamiento del Terrorismo (Terrorism Confinement Center, CECOT).
Ábrego arrived on March 15 at CECOT with more than 200 undocumented migrants and was accused of belonging to the MS‑13 gang, despite having no convictions in either the United States or El Salvador.
“How can I send him back to the United States? Smuggle him in? Of course I’m not going to do that. The question is absurd. I don’t have the authority to return him. We aren’t big on releasing terrorists in our country,” Bukele said in response to a reporter’s question during the Oval Office meeting with Trump.
The allegation has been rejected by Ábrego’s lawyers, who note that he has never even lived in New York.
“The United States recognizes that Abrego García was subject to a stay of removal that barred his deportation to El Salvador and that, therefore, his deportation to El Salvador was unlawful,” the U.S. Supreme Court stated in case No. 24A949.
Both El Salvador and the United States have ignored a April 4 order from federal judge Paula Xinis instructing U.S. authorities to facilitate Ábrego’s return by April 7 and calling the deportation illegal.
The Supreme Court upheld that ruling on April 10 but set no deadline, complicating enforcement.
Human Rights Watch (HRW) condemned Ábrego’s arbitrary detention and urged Salvadoran and U.S. authorities to coordinate his return to prevent further harm.
“U.S. officials claim, unconvincingly, that they cannot bring Kilmar Abrego García home to his family in Maryland and to safety from harm in El Salvador, but a single phone call from the Oval Office to Salvadoran President Nayib Bukele could make it happen,” said Bill Frelick, director of HRW’s Refugee and Migrant Rights Division.
Democratic Senator Chris Van Hollen, who represents Maryland, has requested a meeting with Bukele in Washington and said he will travel to El Salvador to check on Ábrego’s health and discuss the possibility of his return.
Es Falso que el salvadoreño Kilmar Ábrego deportado desde EEUU sea “terrorista” como aseguró Bukele
En resumen:
- Kilmar Ábrego, salvadoreño de 29 años, fue deportado por error en marzo de 2025 pese a su protección judicial desde 2019, y acusado sin pruebas de ser pandillero, aunque nunca tuvo condenas.
- Nayib Bukele acusó falsamente a Kilmar Ábrego de ser terrorista, negándose a devolverlo a EE.UU.
- EE.UU aseguró que es una decisión de El Salvador devolver a Kilmar García Ábrego.
El mandatario salvadoreño Nayib Bukele acusó, en una reunión con su homólogo estadounidense, Donald Trump, que su compatriota Kilmar Ábrego es “terrorista” y dijo que no podía liberarlo pese a que las autoridades judiciales de Estados Unidos han ordenado facilitar su retorno al país norteamericano.
Ábrego es un salvadoreño de 29 años que residió en Estados Unidos desde el 2011 huyendo de las amenazas que pandilleros del Barrio 18 le hicieron a su familia en El Salvador.
Desde 2019 contaba con protección judicial que le impedía volver a El Salvador, ya que si era devuelto, enfrentaba una “clara probabilidad de persecución futura”, según documentos oficiales presentados por la defensa en Estados Unidos.
Sin embargo, la administración Trump lo arrestó en Maryland tras una parada de tránsito y luego lo deportó por un error administrativo a El Salvador, donde ha sido encarcelado en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) por el Gobierno de Bukele.
Ábrego llegó el 15 de marzo junto a más de 200 migrantes indocumentados al CECOT acusado de pertenecer a la Mara Salvatrucha MS-13, pese a no contar con ninguna condena en Estados Unidos, ni en El Salvador.
“¿Cómo puedo devolverlo a EEUU? ¿Introducirlo de contrabando? Claro que no lo voy a hacer. La pregunta es absurda. No tengo la facultad de devolverlo al país. No nos gusta mucho liberar terroristas en nuestro país”, dijo Bukele en respuesta a la pregunta de una periodista que cubría la reunión junto con Donald Trump en el salón oval de la Casa Blanca.
Sin embargo, la acusación ha sido desmentida por los abogados del salvadoreño, quienes aseguran que Ábrego ni siquiera ha vivido en Nueva York.
“Estados Unidos reconoce que Abrego García estaba sujeto a una orden de retención que prohibía su deportación a El Salvador y que, por lo tanto, dicha deportación a El Salvador fue ilegal”, indicó la Corte Suprema de Estados Unidos, en el caso No. 24A949.
El Salvador y EEUU han ignorado la orden de la jueza federal Paula Xinis, quien el 4 de abril exigió al gobierno de EE.UU. facilitar el regreso de Ábrego antes del 7 de abril, calificando la deportación como ilegal.
El fallo fue respaldado por la Corte Suprema el 10 de abril, aunque sin un plazo definido, lo que ha complicado su cumplimiento.
La organización Human Rights Watch denunció la detención arbitraria de Ábrego e instó a las autoridades salvadoreñas y estadounidenses coordinarse para facilitar su retorno y evitar posibles daños.
“Funcionarios estadounidenses afirman, con poca convicción, que no pueden traer de regreso a Kilmar Abrego García, deportado injustamente, con su familia en Maryland y a salvo de peligro en El Salvador, pero solo se necesitaría una llamada telefónica desde la Oficina Oval al presidente salvadoreño Nayib Bukele para que esto suceda”, señaló Bill Frelick director de la Dirección de Derechos de MIgrantes y Refugiados de HRW.
Por su parte, el senador demócrata Chris Van Hollen, quien representa al estado de Maryland, donde residía Ábrego García, solicitó una reunión con Bukele en Washington y aseguró que viajaría a El Salvador para verificar el estado de salud del salvadoreño y discutir la posibilidad de devolverlo.